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Extra: regalo de cumpleaños.

Este capítulo es exclusivamente la narración de un encuentro sexual, si les molesta, incomoda o es irrelevante, no afecta el desarrollo de la historia así que pueden saltarlo sin problema.

✧✦✧

—¿Cómo vamos a festejar tu cumpleaños? —el omega saltaba emocionado en la cama mientras el preocupado alfa cuidaba que no se acercara mucho a la orilla—. Vas a estar viejo, Kook... ¡25 años! —se sentó de golpe y rió cuando rebotó un poco—. Yo digo que podríamos salir a cenar con la familia o podemos ir a un bar o...

—Mejor nos quedamos aquí tú y yo y pasamos todo el tiempo posible juntos —propone con una sonrisa que se volvió un poco triste—, me gustaría estar contigo a cada momento antes de irme, pequeño.

—No me lo recuerdes —se tapa los oídos con ambas manos—, ese viaje no existe, tú no te irás, es solo nuestra imaginación —Jungkook se sentó en la cama y lo atrajo a su regazo—. ¿Verdad que no te irás?

—Amor...

—Lo sé, lo sé —se abraza al cuello del mayor y se acomoda a horcajadas sobre él—, solo déjame creer eso mientras pueda, ¿si?

—Podría no viajar, aún puedo...

—No —negó saliendo del abrazo y mirándolo a los ojos—, irás, tienes que hacerlo —besó sus labios con rapidez—, pero cambiemos de tema porque lloraré... ¿Entonces qué quieres hacer mañana?

—Creo que sí podríamos cenar fuera —sonríe un poco tratando de disipar la tristeza—, en la mañana llamaré para reservar en algún restaurante, invitamos a mis padres y los tuyo, a los chicos y pasamos un buen rato.

—Suena muy lindo, será como tú quieras, alfa —besó su mejilla—, ¿de qué sabor quieres tu pastel?

—Podría ser de chocolate —propone con una sonrisa linda cuando los ojos de Jimin se iluminaron ante la mención de su delicioso dulce preferido—, con relleno de café —el castaño asintió efusivo—. Lo buscaremos por la mañana, ¿de acuerdo?

—Yo lo buscaré, tú te quedarás aquí porque es tu cumpleaños —sonríe y deja un beso rápido en la frente del otro.

—Pero no puedes salir solo —niega y aferra sus manos a la cintura del ojiazul, sus dedos se clavaban posesivamente en la piel rellenita, totalmente suave—, tengo que ir contigo para cuidarte.

—Iré con Zico, lobito —sonríe ante la sobre protección del alfa, le gusta cuando es así de instintivo—, además aprovecharé para buscar tu regalo, ¿qué deseas? Será sorpresa pero dame ideas.

—A ti, te deseo a ti —suelta sin problemas, el omega sonrió burlón pero los ojos del alfa le demostraban que hablaba de manera seria.

—Te lo pregunto enserio, bobo —niega riendo mientras el alfa olfatea su cuello—, tengo muchas opciones y quiero saber si alguna coincide con lo que tú quieras —coloca sus manitas sobre los hombros de Jungkook, éste lo miraba desde abajo con ojos brillantes.

—Yo también hablo en serio, te quiero a ti —acunó el rostro del más bajo y besó sus labios para luego dirigirse a sus mejillas y su nariz, sus toques eran suaves aunque por dentro sentía como el calor se expandía por todo su ser, cada ocasión que compartía toques tan íntimos con su omega se sentía similar, su mente tenía un dejo de recato pero su cuerpo delataba el deseo que lo carcomía por poseer a su precioso chico.

—Pero a mi me tienes siempre que quieras, los obsequios de cumpleaños no —Jungkook sabe que Jimin tiene una fascinación especial por los obsequios, más bien por sorpresas, y no es que el omega sea materialista es simplemente que le gusta asombrarse por más mínimas que sean las cosas, eso le encanta de él, que sea tan espontáneo y simple. Jimin elevó su cadera un poco ocasionando fricción con la entrepierna del mayor, el alfa suspiró pesadamente por la sensación.

—Pero yo te quiero a ti, no cosas materiales —Jimin rió de forma tierna—, ¿puedo tenerte, bebé? —sus manos sujetaron la cadera del menor para sentarlo nuevamente en su regazo y ejercer presión de manera fascinante contra su creciente erección—, faltan unos minutos y así no te preocupas por mi regalo —sonrió ladino ante sus propias palabras, sus manos se metieron en la camiseta de pijama que Jimin portaba para acariciar su espalda calentita con la punta de los dedos—. Anda, ¿si? —Jimin seguía riendo.

—No debes rogar, lobito —negó con voz suave—, soy tuyo cuando quieras —se impulsó un poco de los hombros contrarios para ponerse de rodillas y quedar aún más elevado, separado de Jungkook—. Me dirás que es lo que quieres que haga para ti —los ojos del alfa se oscurecieron—, y aún así voy a comprarte algo —los hoyuelos aparecieron en las mejillas del mayor.

—Es el mejor cumpleaños de mi vida —dice embobado en los ojos del menor que escudriñaban su rostro en búsqueda de algo que desconocía pero se veían preciosos y destellantes, Jeon trata de recordar un momento en que sus preciosos ojos no le embobaron; no lo encuentra, desde el primer segundo se ha visto hipnotizado por esas hermosas esferas azules, incluso cuando se negaba a ser un alfa, su raciocinio se vio afectado por la suave brisa que acompaña al mar que Jimin tiene en la mirada.

—Aún no comienza tu cumpleaños, alfa bonito —se burla y desliza su dedo índice por el puente de la nariz del otro—, dime qué hacer, mi amor, soy tuyo de la forma que quieras —el rizado tragó saliva de manera visible, su erección palpitaba pero el omega no podía sentirlo por la separación que existe entre sus cuerpos, Jungkook sentía su sangre hervir donde las pequeñas manos tocaba su piel con delicadeza, siempre provocando nuevas y mejores sensaciones en su cuerpo.

—Y-Yo... —el omega sonrió ante el titubeo.

—¿Ahora estás tímido, lobito? —cuestiona con falsa inocencia—. Hace un segundo casi me suplicas para follarme y ahora estás sonrojado, mírate estás casi temblando —sus manos masajearon los hombros del más alto para relajarlo.

—Sabes que siempre me intimidas —relamió sus labios, estaba ansioso por unirlos a los del pequeño omega pero solo se mantenía cerca, con sus rostros próximos y sus alientos cruzándose. Debería ser bobo intimidarse por el precioso y pequeño omega de ojos claros que tiene rodeado entre sus brazos, no debería dejarse amedrentar por la persona más tierna sobre la faz de la tierra y que tiene su marca en el cuello, debería ser bobo pero lo hace, Jimin lo intimida porque su cuerpo se comporta de maneras insospechadas en su presencia, Jimin lo intimida porque su lobo se contradice al sentirlo tan atrevido y sensual pero a la vez tierno y cariñoso, se cohíbe por su imponente presencia porque un alfa siempre va a ser sumiso ante su omega, por más pura que sea su casta, un alfa siempre se doblega ante la presencia de su amado.

—Un omega no puede intimidarte —sonríe incrédulo achicando los ojos y volviendo a su aura tierna pero eso no duró mucho tiempo, los ojos azules se enfocaron en los suyos, profundos y sensuales—, mucho menos cuando es tu cumpleaños y ese omega está dispuesto a hacer lo que le pidas —frotó su nariz contra la del ojiverde en un gesto cariñoso—. Dime qué es lo que deseas, alfa —se sentó con lentitud sobre la erección del mayor y este liberó un jadeo al sentirlo tan cerca—, voy a cumplirlo —susurró cerca de sus labios para provocarlo aún más.

—Te deseo a ti de todas las formas posibles, una y otra vez —no se contuvo más y tomó el rostro de Jimin entre sus manos, con algo de fuerza pero nunca demasiada, lo atrajo para fusionar sus bocas en un beso apasionado y húmedo, los chasquidos de labios se hicieron escuchar y el castaño sintió su pijama humedecerme al sentir la obvia longitud del alfa—. Porque eres mío y solo mío —la piel del omega se erizó al escucharlo hablar tan cerca de sus labios.

—Alfa... —movió sus caderas en un círculo provocando otro jadeo.

—Vas a montarme, bonito —pasa su lengua sobre los labios entreabiertos del castaño—, te tomaré tantas veces como puedas soportarlo —Jimin se estremeció ante la idea, su cuerpo tembló y sintió otra ola repentina de lubricante saliendo de su entrada, la vainilla y el café inundando cada lugar de la habitación, las pupilas del mayor se dilataron y su voz se volvió más ronca—. Vas a darme el mejor cumpleaños de mi vida —enterró su rostro en el cuello del menor para besar y mordisquear deleitándose con su dulce fragancia.

—Mhmm —solo atinó a asentir y dejarse llevar por las caricias toscas que el alfa le daba hasta que este se separó repentinamente de su piel para mirarle a los ojos.

—Pero éste es mi mejor cumpleaños incluso si no hiciéramos nada, tenerte en mi vida es muchísimo más que suficiente, eres lo mejor que tengo, tú haces de mi cumpleaños el mejor con tan solo existir —aclara con mirada cálida, la sonrisa de Jimin fue enorme, su estómago daba vueltas y las mariposas agitaban todo en su interior, Jungkook no puede ser más tierno y perfecto, siempre detallista y asegurándose de que se sienta cómodo—. Te amo más de lo que puedes imaginar y ese amor no se apagará jamás —acarició sus costados con delicadeza y sonrió tímido hacia el omega.

—Y yo a ti, ricitos —besó sus labios con cariño—, voy a amarte toda la vida, ésta y las siguientes —unió sus labios de nuevo en un toque más duradero que fue incrementando en intensidad y como si el momento cariñoso no acabara de ocurrir, Jungkook adentró sus manos en el pantalón de pijama del menor para acariciar la piel de sus glúteos, Jimin sintió el frío de sus manos chocando contra su piel y el hormigueo excitante resurgió en su estómago propagando el calor a todo su cuerpo.

—Desvístete para mi, amor —pide tironeando un poco del elástico del pantalón del otro, el omega obedeció y comenzó a desabrochar los botones que su camisa de cuadros rojos y azules que tenía puesta, eran movimientos lentos que sus dedos realizaban, podía sentir los ojos verdes oscurecidos por la lujuria puestos en la piel que iba descubriendo poco a poco y las grandes manos que seguían acariciando su parte trasera de manera erótica.

Sentía el retumbar del pecho ajeno al aspirar el aroma de su lubricante, miró al rostro de Jungkook una vez que terminó con los botones y con la delicadeza que le caracteriza comenzó a deslizar la camisa por sus hombros, Jungkook admiraba con ojos libidinosos, su suave piel, sus clavículas marcadas, la mordida tan hermosa y reluciente que tanto le enorgullece, el lindo torso del menor, su pancita suave y su cintura pronunciada, Jimin es una imagen digna de admirar y es todo suyo; para verlo por hora, tocarlo cual pieza divina o mancillarlo cuando se lo solicite, Jimin es suyo de cada manera posible y tal vez ese sea el mejor regalo que ha tenido.

Jimin llegó a su vida en un nuevo año, uno que marcó un antes y un después, uno simbólico y catastrófico pero a la vez tan esperanzador; Jimin es ese rayo de esperanza que llegó a su vida cuando más lo necesitaba, para animarlo, salvarlo y mostrarle lo mucho que puede amar a otro ser humano, Jimin es su antes y su después, Jimin es el rayo de sol que lo despierta después de una tormenta; nos alegra y nos enseña que siempre hay una luz al final del túnel, que la vida va a volver a lo de antes, que vale la pena pasar por esos tragos amargos. Cuando conoció a Jimin su vida era incierta, era un desastre, un hombre comatoso sin futuro pronosticado pero ver a Jimin, escuchar a Jimin y disfrutar la hermosa experiencia que representa tenerlo en su vida, le ha permitido festejar un nuevo año, un nuevo comienzo al lado del ser más precioso del universo. Sus cumpleaños antes eran especiales pero ahora, con un omega como él en su vida, esperará con ansias el siguiente, para saber que han pasado 364 días llenos de felicidad y esperanza.

—Me vuelves loco —sacó las manos de donde las tenía para quitarle la camiseta por completo, lo estrechó por la cintura y lo pegó más a su torso—, y me haces tan feliz —sus labios volvieron a atacar la piel del cuello marcado, mientras el omega se deshacía en sus manos.

—Alfa... —tiró la cabeza hacia atrás para darle más acceso y movió la cadera porque necesitaba más contacto con la erección del mayor, necesitaba sentirlo más cerca porque el calor que inundaba su ser era demasiado, siempre es demasiado cuando se trata de su alfa.

—Arriba —palmeó su costado y él entendió así que se puso de rodillas para darle la oportunidad de bajarle los pantalones por completo igual que los suyos propios. Jimin desataba los botones de la camisa del rizado con un poco más de prisa—. Buen omega —felicita cuando las manos del castaño comenzaron a acariciar sus tatuajes como acostumbra, perdiéndose en el negro de la tinta que pinta su lechosa piel—, el mejor omega del mundo.

—Solo para ti, alfa —Jungkook sonrió, su lobo lo hace, sintiéndose orgulloso cada vez que el ojiazul le deja en claro que se pertenecen, es curioso; antes no se sentía ni remotamente influyente con todo y el dinero con el que cuenta pero ahora, se siente el hombre más poderoso del mundo por tener a Jimin en su vida, es su único bien, el más preciado y no es porque considere al omega una cosa, es solo que su alfa se siente inflado de orgullo al ser la pareja de Park Jimin, el omega más bonito tierno y atrevido, su alma gemela y el amor de su vida, nunca se cansará de repetir lo mucho que lo ama.

Ambos estaban desnudos, tocándose mutuamente y dejándose guiar por la pasión desenfrenada que sus cuerpos albergan, Jimin se alzó un poco para que Jungkook repasara su entrada con el dedo índice.

—Estás tan mojado —gruñó justo en su oído—, delicioso —Jimin jadeó ante las palabras y la atención que recibe en su parte trasera—. Sujétate de la cama —pidió pero Jimin no comprendió así que el ojiverde guio sus manos a la parte superior de la cabecera—, vas a quedarte de rodillas y con las piernas abiertas —obedeció aunque no entendió muy bien hasta que el rizado se deslizó entre sus piernas hasta quedar totalmente acostado, Jimin podía ver sólo su rostro acomodándose entre sus muslos—, dije que ibas a montarme.

—Kook... —trató de hablar pero las manos de Jungkook lo estiraron un poco de la cadera para que su entrada quedara a la altura de su boca, como sentándose en su rostro—. ¡Ahh si! —se removió un poco pues el alfa había pasado su lengua por su anillo muscular—. Mierda, si —Jeon sonrió cuando una ola de lubricante llegó directo a su lengua.

—Eres tan delicioso, mi amor —volvió a atacar al omega introduciendo su lengua y recolectando hasta la última gota de vainilla y café que le regalaba, el ojiazul se removía impaciente pues las sensaciones eran muchas para mantenerse quieto, sus caderas danzantes ayudaban a que Jungkook llegara más profundo cada vez, se sentía en la gloria, rodeado por las piernas de su omega, tan exquisitas. Mordió su muslo un poco solo para darse el placer de hacerlo, una marca rojiza apareció en la zona y pasó la lengua por ahí, disfrutando su sabor, nunca se cansaría de besar sus muslos gorditos—. Soy el hombre con más suerte del mundo —regresó a la entrada para succionar un poco, las piernas de Jimin se cerraron con algo fuerza en su rostro, creyó que sería la forma más perfecta de morir.

—Alfa —gimió alto, haciendo eco en las paredes de la habitación, en la nueva casa todo se escuchaba más porque estaban alejados del bullicio, las paredes eran más propensas al eco, los gemidos y jadeos se magnificaban pero eso solo volvía más loco a Jungkook—. ¡Más... Dios, necesito más! —las manos grandes se ajustaron a su cintura con más fuerza, Jungkook lo estaba tironeando para que se sentara—. Mierda, Kook —el hormigueo se formó en su estómago cuando un dedo se filtró en su cavidad junto con la lengua húmeda, el dígito llegó hasta su próstata haciendo que todo se sintiera más intenso, se soltó de la cama y colocó las palmas en la cama quedando a gatas, su espalda se curvó un poco y apretó con fuerza el estómago para soportar el orgasmo—. T-Tenemos que... —Jungkook los giró en la cama.

—Voy a tomarte tanto, quiero dejar mis dedos marcados sobre ti —mordisqueó su cuello dejando marcas rojas—, voy a entrar tan profundo, precioso —no quedaba nada del Jungkook tímido de hace un rato, ahora era más vivaz y pasional, Jimin se lo permite y hasta lo pide, sabe que el instinto omega es someterse ante los alfas, sabe que a su chico le gusta hacerlo y por ello se permite así mismo liberar un poco de sus instintos, demandando y hablando con un toque de rudeza.

—K-Kook —jadeó cuando la gran mano del alfa apretó su cadera.

—Me vas a sentir por demasiado tiempo en ti —friccionó sus erecciones juntas, palpitantes y dolorosas—, no vas a tener tiempo de extrañarme porque las marcas no se borrarán en todo ese tiempo, me seguirás sintiendo dentro hasta que vuelva y vuelva a follarte hasta el cansancio.

—A-Ah si —apretó las sábanas—. Haz-Hazlo, por favor —asintió repetidas veces de manera desesperada—. Quiero sentirte —de nuevo las posiciones se invirtieron, Jungkook recostado y Jimin comprendió que debía sentarse sobre él.

—Es mi cumpleaños, pequeño —sonrió ladino y los ojos del omega brillaron cuando lo alzó por la cadera para alinearlo con su miembro—. Sé un buen omega para tu alfa, cachorrito —los ojitos del menor se aguaron por la excitación, que Jungkook le hablara de esa forma es un gran afrodisíaco para él y eso normalmente no sucede porque el lobo del ojiverde es muy renuente a ello, Jungkook es dulce y armonioso, cálido en todo momento, respetuoso y le es difícil ser de otro modo si se trata de Jimin, siempre con mejillas rojas y timidez encantadora, pero a veces cede, porque después de todo ser dominante está en su naturaleza y serlo no quitará nunca el respeto que tiene sobre su amado—. Hazlo tú mismo, quiero verte —habló mientras se abría camino dentro de Jimin, pausado y cuidadoso.

Las manos de Jungkook buscaron las del ojiazul para entrelazarlas y apretarlas un poco para aliviar el dolor de la primer estocada, Jimin se levantó con lentitud y bajó de la misma manera, un gruñido del alfa hizo que las paredes retumbaban y el estómago del omega revoloteaba, ajustó más el agarre que Jungkook tenía sobre sus manos y comenzó a subir y bajar con más rapidez, sus piernas se doblaban y desdoblaban a la par que su cadera se movía en círculos para que Jungkook llegara más profundo, pronto estuvo acompañado de temblores que lo recorrían completo cuando el miembro chocaba contra su próstata, haciendo que con cada golpe, su sistema nervioso lo acercara más y más al límite.

—Eres tan jodidamente bueno, tan buen omega —la vista era simplemente excitante, Jimin visto desde abajo, con los ojos cerrados y la boca abierta liberando gemidos altos y melodiosos, Jungkook soltó sus manos pero solo para tomarlo de la cintura y acelerar las embestidas—, tomándome tan bien —Park puso sus dos manos en el pecho del otro para tomar impulso y continuar los movimientos, todo se volvió errático cuando su clímax se formó y sus piernas se debilitaron al sentir el hormigueo de su estómago.

—A-Alfa —su espalda chocó contra la cama y Jungkook se colocó sobre él, cubriéndolo por completo con su calidez y aroma, la boca del más alto chocó con la suya, con hambre y desesperación, la lengua del ojiverde lo invadió y podía sentir su propio sabor en ella, sus lenguas danzaban al ritmo de sus pieles chocantes y gemidos excitantes, una mordida suave en su labio inferior lo hizo gritar de sorpresa y se derramó contra el estómago del alfa.

—Tan apretado, cielo —gruñó cerca del rostro perdido del menor, sus frentes sudaban y sus respiraciones eran irregulares mientras el alfa seguía embistiendo al omega que había cedido sus fuerzas ante el orgasmo, unas cuantas embestidas más y sus colmillos salieron para reabrir la marca del cuello contrario, encajar sus dientes en la suave piel es uno de los placeres más exóticos para el alfa, la abrumante sensación que lo enlaza a su omega es simplemente arrolladora, es por eso que llega a su propio orgasmo y su nudo crece dentro del otro que estiraba el cuello para que lamiera la herida.

Esperó unos segundos para que su nube de placer se despejara y por fin prestó atención al precioso chico que yacía bajo su cuerpo, tan suave y sonrojado, su frente estaba húmeda y tenía algunos mechones de cabello pegados, sus ojos permanecían cerrados pero él sabía que no estaba dormido, la lengua de Jimin salió un poco para humedecer su labio inferior.

—Mierda —susurró Jungkook al ver el gesto, los ojos se abrieron revelando el impresionante azul, una sonrisa adormecida se formó en los delgados labios—, eres tan... deseable —juntó sus labios con los del castaño en un beso casto que poco a poco se fue convirtiendo en uno fuerte y demandante, Park enrolló sus brazos en el cuello de Jungkook para que este se pusiera de rodillas con él en brazos ya que no podían alejarse del otro—. Quiero estar dentro de ti a cada momento, ¿sabes lo culpable que me siento?

—Kook... —jadeó sin separarse del beso, las palabras fueron amortiguadas por la boca del mayor.

—Es que... —se separó del rostro del otro para enfocarse en su cuello, lamiendo y chupando para dejar pequeños cardenales—, tan solo verte, Jim —lamer la herida fresca era el paraíso mismo, erizando sus pieles y agrupando todas las sensaciones en su estómago—, tan solo verte me calienta tanto —por fin pudo salir del menor y así que comenzó a descender en un camino de besos por su pecho—, y eres tan suave, me siento la peor persona del mundo pero tan afortunado por poder tenerte cuando quiera.

—L-Lo dices en... —se cortó así mismo para jadear cuando Jungkook comenzó a trabajar en uno de sus pezones—. ¿Lo dices enserio? —su cabeza estaba hacia atrás y sus manos se aferraban a los hombros del mayor, sigue sin creer que Jungkook siente todas esas cosas por él, pero su alfa es tan amable que se lo asegura de nueva cuenta y sabe que lo hará las veces necesarias para que deje las inseguridades.

—Te lo juro —dejó a Jimin sobre la cama de nuevo pero él volvió a la posición de rodillas y lo jaló por las caderas para mantenerlo más cerca—. Quisiera estar sobre ti a cada minuto —sus manos apretaron los muslos del omega, viendo como la piel se amoldaba entre sus dedos, tan apretable y deliciosa—, pero soy un muy buen alfa y me controlo para dejarte salir de la cama.

—Eres el mejor alfa del mundo —enredó sus piernas en la cintura del ojiverde para acercarse aún más, friccionando sus cuerpos de manera deleitante.

—Si por mi fuera te follaría cuantas veces me lo permitieras —confesó mientras miraba lascivamente el cuerpo desnudo del más pequeño.

—Pero no deberías contenerte si yo también te deseo tanto —Jungkook se tiró contra su boca, besando efusivamente y gruñendo en su boca ante sus palabras.

—No debiste decir eso... —habló con los labios pegados a los del otro, Jimin sujetaba con fuerza sus caderas, con sus piernas ajustándose para pedir silenciosamente lo que tanto deseaba, a su alfa—. No voy a dejarte dormir ni un solo segundo, angelito —Jungkook se alejó de pronto con los ojos oscuros—. ¿Dónde está la caja de los juguetes para tus celos? —las mejillas del omega se pintaron de rojo por la vergüenza, esa caja está guardada en el fondo de una de sus maletas, no creía volver a usarla porque bueno, ahora tiene un alfa que lo ayude con el doloroso proceso, Jungkook sabe que la tiene pero tan solo pensar en que el alfa vea los objetos con los que pasaba sus celos le calienta las mejillas por excitación y pena.

—En la maleta negra —el mayor se relamió los labios y se levantó dejando a Jimin en la cama, recargado en los codos y viendo todo lo que el alfa hacía para sacar la caja, los ojos verdes estaban tan oscuros, el aroma a tabaco y tierra húmeda se había espesado, el omega lloriqueaba ante la anticipación de lo que venía, una noche bastante interesante.

✧✦✧

El agua caía en forma de lluvia artificial, las gotas pegaban con delicadeza contra su cuerpo y algunas permanecían sobre su amoratada piel; tal como lo prometió, los dedos de su alfa permanecen fielmente marcados sobre sus caderas, piernas y cintura, sus ojos pesaban un poco por el cansancio, su cuerpo dolía por el extenuante ejercicio, su cuello permanecía rojo por los besos y mordidas que el alfa le dio, pero valía la pena, definitivamente todo valía la pena por haber disfrutado esa noche.

La puerta corrediza se movió un poco y el omega había saltado si no fuera por el delicioso aroma a tabaco y petricor que inundaba sus fosas nasales, giró su rostro con una sonrisa enorme al ver a Jungkook parado en el umbral, desnudo y luego entrando a la regadera.

—Hola de nuevo, cachorrito —saluda colocando las manos en su cintura y cerrando la distancia que existía entre sus cuerpos, Jimin se sintió aún más cálido cuando el calor del alfa se combinó con el del agua tibia que caía sobre ambos.

—Hola alfa —sonrió con dulzura hacia el mayor y aceptó el casto beso que dejó sobre sus labios—. ¿Pudiste reservar el restaurante? —cenarían en familia más tarde ese día, después de todo el cumpleañero también quería festejar con el resto de su familia.

—Mhmm —asintió y besó la mejilla del menor, luego dejó otro beso en su mandíbula y se fue deslizando hacia su cuello hasta llegar a la marca de apareamiento que tanto le gusta olfatear, mucho más si está recién abierta—, y le pedí a mamá que buscara el pastel más tarde.

—¿Será de chocolate? —cuestionó con diversión y enreda los dedos en el cuero cabelludo del otro, notando como los rizos parecen alaciarse por la humedad, se ven mucho más largos así, tan suaves y sedosos.

—Así es —limpió con su lengua las gotas de agua que se agrupaban en la piel del cuello del omega, sosteniéndolo con más firmeza cuando se estremeció por la sensación que los recorre por la atención en la marca, sonrió cuando los dedos gorditos parecieron sujetarse con más fuerza de su cabello—. Creo que hoy me haré un corte de cabello —dice porque últimamente esta más largo de lo que acostumbra y aunque no le da mayor problema no cree que sea malo un retoque de su imagen.

—Pero tu cabello es tan lindo —enrolla un rizo empapado en su dedo índice dejándolo libre para apreciar la linda onda que se formó aún y con exceso de agua.

—¿Te gusta? —empuja al omega con suavidad hasta que su espalda chocó contra el frío mosaico.

—Me encanta —con su mano despejó la frente de Jungkook que estaba llenándose del cabello achocolatado—, es tan suave y me encanta sujetarlo —de nuevo enredó sus dedos en las ondas de la nuca y tironeó un poco de ellas para hacer que Jungkook incline la cabeza hacia atrás, dejando su cuello a disposición del omega que lo besó varias veces con suaves picoteos—. ¿Puedes dejarlo crecer un poco más? —lamió la piel ajena y dejó un beso en la mandíbula del alfa, claramente el ojiverde no podría negarle nada, mucho menos si se lo pedía de aquella forma.

—Sabes que hago lo que tú quieras, ángel —Jimin pudo ver cuando pasó saliva con fuerza—, pero tengo una condición

—¿Cuál es? —soltó sus mechones y los ojos oscurecidos de Jeon le miraron de vuelta.

—Que me dejes follarte aquí y ahora —elevó su mano hasta sujetar la barbilla del menor con firmeza—. ¿Puedo? —el ojiazul sonrió en grande ante la propuesta indecorosa.

—Mis piernas duelen —se excusó sin mucha seriedad.

—Entonces no las uses —sujetó la cintura contraria y Jimin entendió de inmediato, tomó un impulso y enrolló sus piernas en la cadera de Jungkook sonriendo enormemente cuando el alfa lo sostuvo por el trasero para impedir que cayera, el agua seguía siendo la melodía de fondo y pronto fue acompañada por los besos intensos y los gemidos bajos que ambos hombres liberaban—. No era broma cuando dije que te follaría hasta que no lo soportaras más.

—¡Mierda, si! —gimió pero el sonido se amortiguó cuando su boca fue atacada con rudeza por la de Jungkook—. Kook...

—Mi precioso bebé sumiso —la piel húmeda de Jimin se erizó al escuchar la voz imponente que usaba, no podía evitar que su omega lloriqueara gustoso por someterse ante su alfa, lo desea demasiado, es su naturaleza y a su parte racional no le molesta en lo absoluto perderse entre los toques de Jungkook—. Voy a extrañarte tanto —acorraló al menor contra la pared fría donde el agua ya no los alcanzaba y besó con fuerza sus labios.

Hambriento, dio una lamida a la boca de Park para pedir permiso de entrar en ella, de inmediato su lengua atacó la cavidad, casi podía saborearse así mismo en ella por la noche tan acalorada y llena de besos que pasaron entre jugueteos y nuevas experiencias, podía notar la forma en que Jimin cedía entre sus brazos y la forma en que sus movimientos pedían a gritos silenciosos que avanzara el siguiente nivel, Jungkook se moría por hacerlo pero le encanta disfrutar cada momento con su omega, sobre todo ahora que se irá tan lejos y por tanto tiempo. Sus dientes chocaban y los ruidos húmedos que sus labios hacían al separarse casi se perdían entre el susurro que hacía el agua al caer a chorros.

Jimin tomó los cabellos rizados de la nuca de Jungkook para separarlo un poco de sí y complacerse al sentir de nuevo la suavidad que tenían, las mejillas del alfa estaban rojas, tal vez por la situación o tal vez por la calidez de la ducha, pero los ojos oscuros le indican al omega que se trataba de la primera opción.

—Alfa, por favor —movió sus caderas para que Jungkook entendiera su petición—, quiero sentirte.

—No tienes suficiente, ¿mmh? —cuestionó con tono arrogante y satisfecho—. Necesitas de mí tanto como yo de ti —uno de sus dedos trazó la línea de la entrada del menor y pudo sentir la viscosidad brotando de él—, tan delicioso y dispuesto para tu alfa.

—¡Si, si! —asintió entre el beso y suspiró cuando sintió la caricia en su anillo muscular.

—Eres tan hermoso —su dedo presionó suavemente la entrada solo para provocar más al castaño, la neblina libidinosa estaba empañando las puertas cristalinas—, deberías verte, tus ojitos cerrados y tu boquita abierta, tan dispuesto.

—A-Alfa —echó la cabeza hacia atrás ante la desesperación que Jungkook provocaba por no introducir su dígito por completo.

—Tan perfecto y desesperado por mi —introdujo su dedo con la delicadeza que siempre caracteriza su trato hacia Jimin y sonrió ladino cuando escuchó el suspiro aliviado que el pequeño liberó.

—A ti, t-te quiero a ti —dijo casi de inmediato pero Jungkook negó y comenzó a mover su dedo de adentro hacia afuera con lentitud—. Alfa... —insistió pero Jungkook solo liberó una risa nasal.

—Siempre sucede lo mismo, amor —besó los pómulos colorados del omega y luego su entrecejo para suavizar su ceño fruncido—, nunca haría algo que pueda lastimarte.

—Kook, p-por favor —sus uñas se clavaron un poco en la piel de los hombros del más alto y su cadera buscaba acrecentar la velocidad de los movimientos—, estoy listo, lo hemos hecho tantas veces hoy y...

—No interesa —gozaba en realidad de cada suspiro que Jimin liberaba inconscientemente, introdujo otro dedo para sentir las paredes apretando a su alrededor—, además lo estás disfrutando, ¿no es así?

—¡Ahh! ¡Más, necesito más! —Jungkook se acercó a su oído y mordió su lóbulo sin demasiada fuerza.

—Me gusta escucharte decirlo, cielo —lo bajó con cuidado y lo recargó de frente contra la puerta, sujetándose con las manos, dejando marcas en el paño erótico que se había formado sobre el cristal—. Me gusta escuchar tu preciosa voz rogar por mi.

—Alfa —salió más como un gemido, Jungkook se pegó a su espalda con las manos recorriendo su cuerpo con intensidad, una se cerró en su erección frotando y aumentó más su excitación—. ¡Oh, Luna! —el pulgar del mayor jugueteaba con la cabeza de su pene. Sus pequeñas manos buscaron algo de qué sujetarse porque sentía que caería, sus piernas se doblegaron en temblores exquisitos, el alfa puro empujó al omega por el cuello para pegar su mejilla al cristal.

—Me encanta ser tan bueno para ti, amor —habló directamente en su mejilla, la vainilla y el café inundaron la habitación, el omega había liberado lubricante que se deslizaba entre ambos cuerpos, Jungkook gruñó roncamente haciendo que el menor se estremeciera y gimoteara aún más—. Debes estar tan cansado, ¿lo estás, bebé? —el chico negó, con el labio inferior apretado entre sus dientes pues Jungkook seguía masajeando su erección, tenía los ojos cerrados dando un aspecto somnoliento, Jungkook quería enmarcar esa imagen, guardarla en el rincón de su mente para siempre—. Tan buen omega, complaciéndome aunque te mueres del cansancio.

—Por f-favor, Kook... —rogó con voz ahogada—. Estoy bien —trató de voltearse pero Jungkook lo impidió acrecentando la velocidad de su masaje.

—Gracias por mi regalo de cumpleaños —su mano libre viajó a la suave pancita del omega para acariciarla con cariño—. Te amo —dejó un beso en la parte trasera de su oreja y deslizó sus besos hasta la parte trasera de su cuello, alineó su falo con la entrada del chico y comenzó a entrar con lentitud, Jimin boqueó por más aire, el placer le había robado el que había en sus pulmones, comenzó a embestir con lentitud mientras Jimin inclinaba su trasero para quedar cada vez más cerca del otro, llegando más profundo en cada estocada, las manos del menor se adhirieron al cristal y las del alfa sujetaron la cadera del omega con fuerza descomunal, marcando sus huellas dactilares en la blanca piel que ya lucía algunas marcas previas, la velocidad creció y los gemidos aumentaron de volumen, todo siendo tan erótico.

—¡Más, Kook, más! —pedía entre gemidos cuando su orgasmo estaba por estallar, el ojiverde giró su cuerpo para que quedaran frente a frente y de nuevo lo alzó en sus brazos para seguir penetrando con firmeza, la piel húmeda y chocante era parte de la sinfonía de sonidos placenteros que los llevaban al borde, Jimin se derramó en el abdomen de Jungkook mientras este seguía embistiendo para buscar su propia cima, las manos pesadas por el cansancio se abrazaron al cuello del rizado y por fin Jungkook alcanzó su orgasmo, el nudo creció y ambos se abrumaron por la sensación a través del lazo, ambos en su propia nube pero sintiendo parte de lo que otro sentía también.

—Te amo tanto que el sentimiento no cabe en mi pecho —habló Jungkook, sujetando la cintura del castaño con ambas manos y deslizándose por la pared más cercana para sentarse en el piso con Jimin sobre su regazo—, no sabes cuánto, eres lo más bonito que hay en mi vida.

—También te amo alfa, feliz cumpleaños —sonrió tímido y adormecido—, espero tener una vida entera a tu lado para felicitarte mil y un veces más, espero encontrarte en otras vidas para seguir disfrutando de tu compañía —acunó el rostro del más alto que lo miraba con adoración desbordante—. Te amo más de lo que he amado a nadie, eres la persona más importante de mi vida y espero que tengas un cumpleaños estupendo, que seas feliz y que cada cosa que quieras se cumpla.

—Si te tengo a ti, lo tengo todo, bebé —besó su frente—, gracias por ser mi alma gemela.

—Gracias a ti por ser la mía, ricitos —escondió su rostro en el cuello del otro, dejando por fin que el cansancio se adueñara de su cuerpo, cediendo ante Morfeo a pesar de estar en la ducha, brindándole a Jungkook otro placer en su cumpleaños; verlo dormir aunque sea por un momento antes de despertarlo para ir a la cama y dormir abrazados como no lo hicieron en toda esa noche... pero no es una queja.

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